Soy ingeniero ¿Necesito un coach? ¿Para qué sirve el coaching?

El coaching para ingenieros es un proceso en el que el coach ayuda a su cliente (el coachee), a evaluar su situación actual y el objetivo que desea alcanzar. A partir de ahí ambos trabajan juntos diseñar el plan de acción más adecuado para lograrlo. El objetivo puede ser tanto personal como laboral.
En el ámbito empresarial, el coach ayuda a encontrar soluciones, potenciar el talento, promover el desarrollo profesional como ingeniero, y sobre todo a conseguir los objetivos. En este camino, el coach se abstiene de dirigir o aconsejar. Su papel es escuchar y observar al coachee y, a través de sus preguntas, hacerle reflexionar sobre su comportamiento, pensamientos y opiniones.
Desde la perspectiva del coaching se considera que cada persona es especialista de su propia vida, por lo tanto, el coach es sólo un facilitador que proporciona las herramientas y los recursos necesarios para que el profesional de la ingeniería encuentre las respuestas.

El coaching para ingenieros impulsa la motivación y la productividad
El coaching en el entorno profesional tiene muchas ventajas para quién realiza el proceso, la empresa y los equipos de trabajo:
–       Permite un mejor desarrollo de las competencias profesionales y de los recursos disponibles.
–       Mejora el desempeño y la productividad en el puesto de trabajo.
–       Facilita las relaciones entre los compañeros de trabajo, y por tanto la motivación de los equipos.
–       Implica una mejora de la calidad de vida en el trabajo.
Recursos Humanos me pone un coach…
Tener un coach por iniciativa de la empresa es una buena noticia. Significa que la empresa confía en las posibilidades del ingeniero y quiere ayudarle a afinarlas y desarrollarlas. Las empresas con mejores resultados en los rankings de mejores empleadores son aquellas que apoyan el desarrollo de sus empleados.
Cuando un profesional inicia un proceso de crecimiento personal en su empresa dentro de un programa impulsado por el área de Recursos Humanos, se transita por una delgada línea entre las necesidades y deseos de la persona y las de la organización.

Afortunadamente el coaching tiene un “efecto secundario” muy apreciable: ayuda al desarrollo personal del trabajador al reforzar su autoestima y la confianza en sí mismo. Además, y como retorno de la inversión de la empresa, los empleados construyen un entorno de trabajo mejor y son más productivos.
¡Es sin duda una fórmula de crecimiento win-win!